The Batman. La venganza viste de negro

 Tras diez años sin una película en solitario de uno de los personajes más icónicos dentro de la cultura popular, el pasado cuatro de marzo se lanzó en los cines The Batman. De la mano del director Matt Reeves (conocido por películas como Déjame Entrar (2010), Cloverfield (2008), o la trilogía moderna de El planeta de los simios (2014-2017)), y de uno de los elencos más potentes de los últimos años, la cinta nos regala una nueva visión del hombre murciélago, totalmente diferente a lo que otras películas habían mostrado, innovando en sus formas y visiones del personaje. Para ello enfrentan al protagonista contra Enigma, quien asesinato tras asesinato irá haciendo que el caballero oscuro resuelva sus acertijos, haciéndole entrar de lleno en las mafias organizadas de los suburvios de Gotham para destapar toda la corrupción del sistema político que impera en la ciudad gótica.


Comencemos por lo más obvio: Batman. En esta ocasión, al detective murciélago le da vida Robert Pattinson, quien en numerosas ocasiones ha demostrado ser un grandísimo actor mucho más allá de su rol de vampiro con piel de purpurina que vimos en Crepúsculo (2008), brindando, para muchos, la mejor interpretación a nivel actoral que el personaje ha recibido. Y sí, como he dicho, este murciélago es un detective. Nos sitúan a Batman en su segundo año de cruzada contra el crimen, todavía inexperto en ciertas situaciones, pero en absoluto inofensivo, ya que la agresividad de sus acciones es notoria, dejando a los criminales prácticamente al borde de la muerte. Y aunque su factor físico hace que resalte, no es esto lo que más interesa, sino la gran capacidad detectivesca que posee. Pista tras pista, Enigma le envuelve en una espiral de interrogantes y adivinanzas macabras que mantienen al justiciero de Gotham comiéndose la cabeza para encontrarle. No son los gadgets quien le salvan, no es la tecnología quien le ayuda, sólo está él junto a su elenco de secundarios para llegar al objetivo final. Por otro lado, como contraparte de Batman, está Bruce Wayne. En esta versión tenemos al filántropo totalmente hundido en la miseria. Pese a que los años pasan, no es capaz de superar la muerte de sus padres, algo que no solo le ha marcado para convertirse en el símbolo de la venganza, sino que le apesadumbra día a día, abandonando totalmente la capacidad de discernir entre el hijo de los Wayne, y la figura de miedo que es el murciélago. Es por esto por lo que vemos a un personaje mucho más “emo”, quien vive sumido en la tristeza, encubriendo su dolor bajo la capa negra, y entregando su vida al completo para salvar a Gotham de lo que no pudo salvar a sus padres. 


Como ya he dicho, el elenco de secundarios no se quedan atrás del protagonista, sumando aparición tras aparición al clima y ambiente sórdido del film, y ayudando a darle profundidad a la historia y a su subtexto. Por un lado encontramos fuerzas del bien como el Comisario Gordon (Jeffrey Wright), quienes ayudan al protagonista en su cruzada contra el crimen. En él vemos una figura de autoridad que incluso el propio Batman respeta, un compañero en quien confiar. Esto es claro durante todas las escenas, mostrando una gran química entre ambos personajes, demostrando que Gordon es de los pocos policías buenos sin corromper que quedan en la comisaría. Alfred (Andy Serkis), el mayordomo de Bruce Wayne, también ayuda a quien considera su hijo a resolver los acertijos, pero sobre todo a poner los pies sobre la tierra, recordándole sus responsabilidades como jefe de Industrias Wayne. En el extremo opuesto tenemos a los antagonistas: El Pingüino (Colin Farrell) y Carmine Falcone (John Turturro). Ellos dos son capos de la mafia, hombres peligrosos, enemigos potentes que evitan que cualquiera se meta en sus planes criminales, sin pudor a matar. Ambos actores hacen un trabajo espléndido, poniendo especial atención a Colin Farell, quien bajo el maquillaje jamás podría decirse que es él. Por último, entre ambas fuerzas, Selina Kyle (Zoë Kravitz), ejerce de Catwoman como ayuda esencial para el murciélago. Con la gran actriz que le interpreta, y con la química que tiene con Pattinson, la relación y tensión sexual y amorosa que se palpa entre ambos personajes genera una de las relaciones más bonitas de estos dos iconos que el cine ha dejado.


Pero un héroe sin villano no puede cumplir su función. Paul Dano interpretando a Enigma es terrorífico. Huyendo totalmente de las versiones caricaturizadas que hemos visto encarnadas anteriormente por Jim Carrey, o incluso en los cómics, esta fuerza del mal es puramente realista. Nos enfrentamos a un psicópata, a un asesino al más puro estilo de David Fincher, alguien a quien temer no sólo por sus actos, si no por la crudeza con la que los comete. Sus motivaciones son reales, creíbles, e incluso empáticas, argumentando las atrocidades que hace por un bien común al pueblo, por algo justo, por la paz. 


Gotham, por otro lado, es un personaje en sí mismo, una ciudad viva en la que se puede palpar el crimen y la decadencia. El ambiente de la película genera una sensación continua de suciedad que solamente desaparece de una forma muy leve al final de la película. El tono es crudo, duro, asfixiante, y en ocasiones, desagradable, algo totalmente intencionado y que cumple con la narrativa que el guión demanda. Pondré un ejemplo: la sala de cine donde vi la película a las seis de la tarde estaba completamente llena. Niños gritando, adolescentes hormonando, y adultos comentando la película paso a paso. Tras la primera y dura escena del film, el cine quedó sumido en un silencio atronador que no se rompió hasta que los créditos aparecieron en pantalla. Desde una primera instancia la película hace una declaración de intenciones de lo que la cinta va a ser. Es un viaje adulto que nunca antes se ha visto. Es, pese a estar tras un estudio tan grande y comercial como puede ser WB, una película de autor. Las referencias del director son claras, la presencia de la estética y la narrativa de Fincher en su dirección de Sev7en (1996), Zodiac (2007), o incluso Mindhunter (2019), hacen que entres enteramente en el clima detectivesco, despegándote la espalda del asiento en muchas ocasiones, generando poco a poco una tensión mayor hasta resolverlo en un clímax espectacular. Y si hay algo que acompaña a todo, y que además se convierte en una de las cosas más características, es la espectacular banda sonora compuesta por Michael Giacchino. 


Como pequeña pega a poner, creo que le sobra entre media hora y tres cuartos de metraje. Durante el primer acto, la acción se desarrolla lentamente, y pese a que es realmente interesante, puede hacerse pesado y aburrido por momentos, haciendo perder el hilo de la acción entre tantos enigmas. 


¿Qué más decir? The Batman es una película completa, que regala una nueva visión nunca antes vista del personaje del murciélago: un justiciero con sed de venganza que demuestra que la esperanza ayuda mucho más al pueblo que la violencia. Personajes memorables, escenas icónicas, música bellísima, e iconos renovados. Un viaje largo, y todavía por terminar, que nos lleva a una Gotham corrupta, sucia, melancólica y totalmente gótica para asentar un precedente en lo que al personaje en el cine se refiere.

Héctor Cortijo Fernández.



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